lunes, 31 de enero de 2011

Primer Capitulo; Creo que te conozco.


Amanecer, la parte del día que Abb mas odiaba. El despertar era duro, demasiado (no exagero). Y lo que seguía aun peor, encontrarse con la dura tarea de su padre. El hombre más exigente que existía, o al menos conocía Abb. Y luego la carga de todos lo chismes y cargadas hacia ella.  Abb había aprendido a ignorar, ya qué, si lo que digan los demás duele, ignóralos.
Bajo las escaleras muy despacio, ya se había caído unas tres o cuatro veces. Con el pelo desordenado y el pijama arrugado bajo las escaleras lentamente, se patino. Nada, de  nada. Llego justo en el momento en que su padre grito:
-¡Abigail Johnson! ¡Baja ya niña!
El padre de Abb adoraba llamarla por su nombre, aunque ella le insistía en que la llamara Abb, como ella prefería. El apodo se lo había puesto su amiga Laura. A los ocho años se conocieron, y a Laura no le había gustado la idea del nombre Abigail, pues, ella decía que era “Anticuado”.  Así nació su apodo del que se apodero y nunca lo cambia aunque su madre le decía “Habichuela” pero ella prefirió no usarlo, porque extrañaba demasiado a su madre.
Su madre había muerto en un viaje, su avión empezó a fallar en mitad de viaje y cayo finalmente en Hawái donde su madre quedo. Ella siempre había pedido  que la cremaran, y que luego arrojaran sus cenizas  al pacífico. El velorio se realizo allí solo la familia. Esa fue la última vez que Abb vio a su hermano Paul. El había decidido irse de la casa, decía que la casa le hacia recordar a su madre.
-Buenos días-saludo Abb.
-Al fin despertaste, llegaras tarde tienes solo media hora para alistarte, tendrás una sorpresa-era extraño que el señor Johnson tuviera tan buen humor, y mas que tuviera una sorpresa para Abb.
Abb desayuno rápido, estaba ansiosa. La última sorpresa de su padre fue su hermosa habitación reestructurada. Cuando el señor Johnson tenía sorpresas generalmente eran de lo más perfectas.
Luego de desayunar, se vistió. Se puso su clásico sweater de cuello en V, unos jeans que se había comprado la semana pasada y sus clásicas zapatillas Converse. Se peino el cabello rojo y ondulado, el verano pasado se lo había cortado al hombro, y ahora tenia el pelo pasando los hombros unos ocho centímetros, lo recogió en una coleta y bajo las escaleras de salto en salto.
-Ya estoy lista- anuncio Abb.
-Ven,- la llamo su padre desde la puerta- aquí fuera esta tu sorpresaa- arrastro la letra  A para que Abb se sintiera mas nerviosa siempre se lo hacia, en especial cuando Abb estaba mas que nerviosa. Al abrir la puerta Abb pudo ver un auto, sencillo pero perfecto, eso le pareció a Abb.- Lo he estado pensando, creo que estas lista, no te llevare mas al colegio, ya tienes tu permiso de conducir, ahora puedes irte.
-Ehh, Estoo- Abb estaba sorprendida y nerviosa- Gracias,-logro articular- de veras, gracias.
-No hay porque.
Subió a su nuevo auto, estaba emocionada, se repetía a si misma:
-Mi nuevo auto, mi nuevo auto. MI NUEVO AUTO.
 
Al llegar al colegio todos observaban el nuevo auto de Abb, como no llamar la atención, era de un color rojo chillón. Pero fue unos segundos lo que la observaron. Atrás del auto de Abb había un auto, dos autos. Uno era verde metalizado, llamaba mucho la atención. Y el otro era azul metalizado, también llamaba la atención. El auto verde era pequeño pero llamaba demasiado la atención. Demasiado.  Y el azul era grande, último modelo, seguramente luego de unas semanas no seria más que otro auto del instituto. Eran nuevos. Nuevos estudiantes. Sí, Abb lo reconoció, eran nuevos. Aparco su nuevo auto justo a unos veinte metros de la entrada. Justo enfrente de su auto aparco el auto verde, y a su lado el azul. Al bajar pudo observar al conductor del auto azul. Era guapo, tez pálida, cabello negro azabache y unos ojos inexplicables. Eran amarillos, verdes y negros. En el centro eran amarillos, luego se trasformaba en verde claro, después oscuro y por último negro. Dejo de mirarlo, estaba siendo muy obvio. Miro al conductor del automóvil verde. Era una mujer. Era muy hermosa y parecida al conductor de los ojos bicolor. Su tez pálida, cabello negro y los ojos desde allí se veían verdes.
Alguien interrumpió a Abb. Seguramente era Laura.
Era el conductor del auto azul. Estaba a unos pocos centímetros de Abb.
-Hola, soy Evan.
-Ehh, Hola-vaciló- soy Abb.
-Soy nuevo aquí, al igual que mi hermana.-Ah, era su hermana.- Me di cuenta  que la veías, no lo hagas. Le molesta. Y te advierto, no la molestes. Será un gran problema.
Abb se vio sorprendido por lo que Evan le dijo. Le molesto a ella. Quién se creía para decirle que no vea a una persona ¡¡Más si no la conocía!! Abb le fastidiaba que le dijeran que tenia que hacer, y mas
Aun una persona a quien desconocía.
Busco su bolso en el asiento trasero. A salir del auto Evan todavía se encontraba allí. El rostro de Abb cambio tenia un tono de odio hacia él, la estaba fastidiando.
-Me preguntaba…-empezó Evan- soy nuevo…
-Ya lo dijiste.-contesto de forma brusca Abb, cerrando la puerta de su auto. Empezó a caminar hacia el hall del instituto.
-Espera…-dijo- muéstrame el colegio por favor. -¿Qué? Se dijo Abb para si misma.- Digo… ¿me pondrías decir donde me tienen que recibir? Es decir… ¿Dónde me dan los horarios?
Abb se sorprendió, cómo alguien nuevo ya no sabía donde era la recepción. Bueno, lo haría. Abb se dijo: No pierdo nada por hacerlo.
-Bien.
-Gracias.

Lo instruyo hasta la secretaria. Se  dio cuenta que su hermana los seguía, parecía un robot, iba muy derecha y la mirada en blanco.
-Hola Mary-saludo Abb a la secretaria.-traigo a los nuevos- prácticamente lo escupió.
-Hola Abb-saludo Mary- ustedes deben ser los Rover- dijo, moviendo un dedo en dirección a Evan y su hermana.- Tu debes ser Evan- movió el dedo hacia el.- Y tu Marcia.- la miro, era hermosa, de cerca se notaba mas el color de sus ojos, si eran iguales a los de su hermano. Era hermosa como su hermano.
-Bueno, adiós.- dijo Abb. No tenía más que hacer allí.
Se dirigió hacia la puerta pero al dar la vuelta Evan la tomo del brazo y le susurro al oído:
-Te veo luego.
Abb se sintió extraña, era nuevo y ya le prestaba demasiada atención a ella. Y sintió, también, una sensación de déjà vu  al escucharlo. Sintió que lo había oído antes.  Como que ya se conocían. 

6 comentarios:

  1. me gusto mucho espero que pongas el segundo capitulo
    saludos desde paraguay:)

    ResponderEliminar
  2. Te sigo y espero que comentes pronto :) El chico este se esta tomando muchas libertades ¬¬ Odio a la gente tan... ¿lanzada? Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Whooo lo ame te sigo O_o jejeje ya quiero leer el segundo cap...

    ResponderEliminar
  4. noooo,celinnnnaaaa!!!no nos agas lo mismo qe lau,¡me en casnta la historia! de verdad,celina,

    ResponderEliminar
  5. Me encato la historia la voy a seguir!! besos!

    ResponderEliminar
  6. El primer capítulo se ve prometedor, ya sigo leyendo.

    ResponderEliminar